El debate de las macrogranjas en Alemania

Fecha: 08/Feb/2022

La polémica sobre las macrogranjas y su impacto ambiental se ha intensificado en los últimos días en España a consecuencia de las declaraciones del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que criticó este modelo y defendió la ganadería extensiva. Un debate similar se está dando, con más o menos intensidad, en otros países europeos, aunque las medidas contra este tipo de instalaciones todavía son escasas: solo Holanda apuesta tímidamente por cerrar algunas de estas instalaciones.

Alemania: una población cada vez más concienciada

El bienestar animal y la contaminación que genera la ganadería intensiva son cuestiones que preocupan a los alemanes. Cada cierto tiempo aparecen en las noticias imágenes de explotaciones ganaderas en las que aparentemente no se cumple la normativa y los Parlamentos regionales suelen debatir sobre ello. En agosto pasado una pregunta parlamentaria de los socialdemócratas desveló que en Baden-Württemberg las macrogranjas de cerdos solo son inspeccionadas cada 11,5 años de media. Los Verdes han sido muy beligerantes con las macrogranjas. En 2017, cuando negociaban una coalición de Gobierno con los democristianos y los liberales —que finalmente no salió adelante— exigieron que el acuerdo incluyera una disposición para cerrar progresivamente este tipo de instalaciones en un plazo máximo de 20 años. Ahora que forman parte del nuevo Ejecutivo tripartito —con socialdemócratas y liberales— abogan por “acabar con los precios basura” de la carne, como dijo hace unos días el ministro de Agricultura alemán, Cem Özdemir, del partido ecologista. En el actual acuerdo de coalición no se recoge explícitamente ninguna medida en ese sentido aunque sí habla de “la reestructuración de la ganadería” y de apoyar a los ganaderos “en el camino hacia la neutralidad climática”.

 

Alemania es el segundo productor de carne de cerdo de la UE, por detrás de España. Casi el 80% de los cerdos que se sacrifican proceden de granjas donde se engorda a la vez más de 1.000 animales. En los últimos 15 años, el 80% de los ganaderos han dejado de criar animales mientras aumentaba la producción de carne un 50%, según datos de la Fundación Heinrich Böll, lo que demuestra el cambio en el modelo de producción hacia las macrogranjas. Las explotaciones pequeñas están desapareciendo y, de hecho, la ganadería ecológica es prácticamente inexistente: solo el 0,6% de las granjas producen carne de cerdo bajo ese marchamo. Sin embargo, la población está cada vez más concienciada. Varias encuestas recientes muestran que cada vez más personas estarían dispuestas a pagar más por carne de mayor calidad. La organización ecologista Greenpeace ha propuesto esta semana subir el IVA a los productos animales en Alemania, que actualmente están gravados al 7%, y bajarlo o eliminarlo en el caso de frutas y verduras para compensar.

 

Fuente: https://elpais.com/

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